¿Cuándo se requieren los cuidados paliativos?

Hay una serie de interrogantes que todas las personas nos hacemos o nos hemos hecho en alguna ocasión: ¿qué nos deparará el futuro?, ¿padeceré alguna enfermedad?, ¿y si esa enfermedad fuera incurable?, ¿cómo se prepara uno para el dolor y el sufrimiento, tanto propio como de un ser querido?, ¿cómo afrontar la proximidad de la muerte?

Por desgracia, nadie estamos libres de recibir una noticia así, ¿qué ocurre en ese momento? Cuando un paciente recibe la noticia de una enfermedad de difícil curación o incurable, inevitablemente, pasa por un proceso de adaptación, que consta de distintas fases, cada una de ellas caracterizada por unas determinadas emociones. Dicho proceso de adaptación comienza con una crisis de conocimiento, debe reconocer la amenaza de la muerte pero desconoce cuándo llegará la misma. La segunda fase es un estado de shock, en la que prevalece la desorientación y la confusión. Le sigue la fase de negación psicológica, el paciente niega la existencia de la enfermedad. Este proceso continúa con la fase de hostilidad y rabia, para pasar a la de pena y aflicción, determinada por una sintomatología depresiva. A continuación surge la fase de resignación, el paciente se muestra pasivo, sin involucrarse en la adaptación a los cambios que se aproximan en su vida. Finalmente llega la aceptación, la comprensión de que la enfermedad es irreversible.

Durante todo este proceso de aceptación y enfrentamiento a la enfermedad y a las dificultades que ella conlleva, el paciente necesita apoyo y ayuda para poder afrontar la nueva situación que le depara la vida. Comienza el trabajo de los cuidados paliativos.

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