La UD Santa Marta iniciaba esta ilusionante campaña en Tercera RFEF (a la espera del sorteo de la Fase Nacional de la Copa RFEF) contra la SD Almazán en el San Casto.
Los de Alonso Fernández empezaron buscando balones rápidos a la espalda en los primeros instantes de juego, aunque el Almazán mantuvo la posesión, permitiendo que se sintieran más cómodos para distribuir el juego.
Tal es así que una falta en el costado izquierdo, aunque anulada tiempo después por fuera de juego, permitió al portero del Santa Marta, Keita, lucirse tras un tiro a contrapié, que consiguió blocar con una gran parada.
A medida que pasaban los minutos, el equipo santamartino mostraba más comodidad a la hora de mantener el balón y de construir jugadas. Mientras que el Almazán demostraba seguridad, sacando balones desde la zaga y distribuyendo el balón a los costados desde el mediocampo.
Tras la media hora de partido, los del San Casto llegaban al área rival a través de sus laterales convertidos en extremos, y con el acompañamiento de Mito que hacia daño a la defensa visitante gracias a su buen dribbling, pero sin materializar el gol.
Los últimos minutos de la primera parte se saldaron con el dominio local, destacando un buen contraataque iniciado por Keita, y tras un buen recorte de Alex, que permitió al equipo construir una buena jugada, pero marchándose el balón rozando la portería enemiga.
Cumplido el tiempo de descanso, los jugadores del primer equipo realizaron ejercicios de activación por parte del preparador físico, Jaime Regalado, lo que permitió que salieran en la segunda parte con una gran dinámica de juego, y teniendo dos oportunidades seguidas que consiguió despejar el portero del Almazán. Chopi tendría otras dos oportunidades para inaugurar el electrónico, uno marchándose por un lateral y otro por encima de la portería.
En el minuto 63 empezarían los sustos para los del San Casto, un disparo tras un rechacé en la frontal del área puso al público en silencio, donde Keita desvió con la yema de los dedos un balón que iba dentro, permitiendo reanimar a las personas que se habían quedado enmudecidas. Tiempo después, un balón cruzado que se marchó desviado provocaba el miedo en los locales.
A pesar de disponer de más ocasiones, algunas pérdidas pusieron al campeón de la Fase Regional en apuros, pero demostrando una gran personalidad para contraponerse a ello. Los refuerzos que saltaron al campo permitieron al equipo obtener más oxigeno en los últimos minutos del partido, ejerciendo más presión para formar buenas jugadas, pero sin llegar el premio del gol.
Un balón que golpeó en el palo puso a todo el estadio en silencio de nuevo, en el descuento se mostraba una gran tensión entre los jugadores, donde algunos de ellos mostraron su disconformidad debido a la actuación del colegiado, y finalizando el partido sin goles.
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