La resaca festiva deja a Santa Marta sin Bares

Tras la intensa actividad de los bares durante las recientes festividades patronales, Santa Marta se enfrenta a una imagen inusual: una ciudad sin bares abiertos. La necesidad de descanso del personal de hostelería, sumada a la oportunidad de disfrutar de unas merecidas vacaciones, ha dejado la arteria principal y sus aledañas prácticamente desiertas.

La avenida de Madrid, el corazón de la vida social, de ocio y de negocio de Santa Marta, se presenta como un reflejo de la calma post-festiva. Durante todo el año, esta avenida, especialmente el tramo que conecta las dos glorietas principales, es un hervidero de personas. Con su bullicio habitual y la vibrante actividad que envidian muchas zonas de la capital, resulta casi surrealista verla convertida en una calle con poca actividad.

Los bares y restaurantes de Santa Marta, conocidos por su profesionalidad, calidad y variedad y ejemplo en el servicio de hostelería, han decidido tomarse un respiro. Después de semanas de arduo trabajo atendiendo a una población festiva y creciente, los profesionales de la hostelería han optado por cerrar temporalmente sus establecimientos. Esta decisión, aunque comprensible, ha transformado el panorama de la ciudad.

Vecinos y visitantes se encuentran ahora ante una Santa Marta diferente, donde las calles se encuentran tranquilas, lejos del bullicio habitual.

La imagen de una Santa Marta desierta plantea reflexiones sobre la dependencia de Santa Marta de su sector hostelero y la importancia que tiene este sector de vitalidad social y necesidad de servicio público.