La Isla del Soto se cubre estos días con un suave manto blanco que evoca los meses de nieve, aunque el aire templado del despertar primaveral nos recuerde que el invierno ya quedó atrás. Como cada año por estas fechas, la superficie del parque se ve tapizada por las etéreas pelusas que liberan los chopos, en un espectáculo tan delicado como frecuente, que tiñe el paisaje de una belleza fugaz y casi mágica.
Las pelusas del chopo no es polen… pero contiene polen y se llama Vilano
Aunque muchas personas creen que estas masas blancas son acumulaciones de polen, en realidad se trata de vilanos: una especie de “algodón” que rodea las semillas del chopo o álamo para facilitar su dispersión con el viento. Es su forma natural de reproducirse.
Estas pelusas, conocidas como vilanos, no son polen en sí, aunque pueden contenerlo en pequeñas cantidades. El verdadero polen del chopo se libera a la atmósfera aproximadamente mes y medio antes de que aparezcan los vilanos y, a diferencia de estos, no es visible a simple vista.
Son inocuas para el hombre y reducen la concentración de polen
En general, los vilanos son inocuos para las personas. Sin embargo, al flotar en el aire pueden actuar como vehículo de transporte de otros tipos de polen, polvo o esporas. Paradójicamente son un beneficio para los alérgicos, puesto que sus tricomas (ramificaciones que forman la pelusa) actúan como captadores naturales de polen, ayudando a reducir su concentración en el aire. Es decir, atrapan polen de otras especies más alergénicas como los robles, olivos, o gramíneas, cuya floración coincide con la época de liberación de los vilanos.
Peligro accidental pata los alérgicos
Aunque los vilanos son inocuos para el ser humano y pueden resultar beneficiosos al reducir la concentración de polen en el aire, también presentan un inconveniente para las personas alérgicas. Estas pelusas actúan como captadores naturales de polvo, esporas y polen de muchas otras plantas, que quedan atrapados en sus tricomas. Por ello, si una persona alérgica inhala accidentalmente uno de estos vilanos, podría recibir de golpe toda la carga polínica acumulada, lo que puede desencadenar una reacción intensa. Para evitarlo, se recomienda el uso de mascarilla durante los días de mayor concentración, como medida de precaución frente a la posible inhalación accidental.
Alto riesgo de incendio
Uno de los principales peligros asociados a los vilanos es su alta inflamabilidad. Estas estructuras están compuestas por fibras muy finas de lignocelulosa, que forman un entramado esponjoso, ligero y prácticamente deshidratado. Este material arde con extrema facilidad y rapidez, incluso en grandes acumulaciones, ya que el aire que contienen alimenta el fuego por sí mismo.
De hecho, existen estudios que investigan el uso de estas pelusas como materia prima para biocombustibles, debido a su capacidad energética.
Recomendaciones
Por todo ello, se recomienda a las personas alérgicas usar mascarilla en los días de mayor presencia de vilanos, especialmente si se sienten síntomas de irritación. También es fundamental evitar encender fuego o arrojar colillas encendidas en zonas donde haya acumulaciones de estas pelusas, ya que podrían provocar incendios de rápida propagación.
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