EL DOLOR INVISIBLE
En 2.023 se produjeron en España 433.163 defunciones, de ellas 219.077 correspondieron a hombres y 214.086 a mujeres; el 95,9% por causas naturales, destacando el 26,6% por tumores y el 26,5 % por enfermedades del sistema circulatorio; el 4,1% del total corresponde a muertes por causas no naturales (suicidios, accidentes de tráfico, caídas accidentales, asesinatos…).Si a este último porcentaje (4,1%) lo atendemos en comparación con las naturales posiblemente pase de puntillas entre nosotros y no parezca muy significativo, pero si profundizamos y separamos las diferentes causas , a la cabeza y sin restar importancia al resto, nos damos de bruces con una en particular que reivindica un problema social devastador y espeluznante que exige asumir en preocupación : el suicidio. Los datos son terribles, en un solo año (2.023) se quitaron la vida en nuestro país 4.116 personas, 630 más de las que suman en su conjunto las 1.295 por violencia de género en 22 años, las 853 víctimas de ETA en 42 años, los 1.040 fallecidos por accidentes de tráfico y los 298 asesinatos en 2.024; es decir, 11 personas al día, 8,47 por cada 100.000 habitantes ( en el mundo 9,12), tres cuartas partes son hombres (3.087) y la edad más numerosa se sitúa entre los 30 y 39 años ( en el planeta entre los 15 y 29, con liderato de Corea del Sur y Lituania).
Huelga decir que la propuesta y despliegue de solucionesson de máxima dificultad, muy complicadas y “aventureras” por falta de visibilidad; no sabría qué decir, quizás deberían ser tantas como escalofriante cifra porque los motivos serán diferentes en cada caso como lo es cada mundo interior de cada cual… desesperación, dolor invisible inabarcable, ruina, deuda, riqueza hueca y repleta de otras miserias, particulares necesidades vitales insatisfechas, trastorno de personalidad, episodios depresivos, enfermedad, limitación y dependencia, soledad (falta de relaciones y familia), pérdidas sin superar, vulnerables emociones y sentimientos zarandeados o azotados desde el exterior o entorno y adaptados aflagelación con incapacitada gestión, corazón mancillado; ilusiones extinguidas, oscuridad tatuada, autoestima machacada, enredo en redes, complejos sólidos, maltrato reiterado en sus múltiples formas de expresión, la anulación personal e indiferencia elevada a implícito estorbo… todo aquello que puede llevar al convencimiento de que una vida duela, se desgaste y,precisamente, que no atisbe ni valga solución o salida alguna… más que exclusivamente su autodestrucción.
Desembocando en la decisión cobarde y egoísta más valiente que existe… cobarde por aparentemente (a saber) someterse al motivo sin plantarlo cara desahogando el problema; al no ser tenidos en cuenta y reivindicando el grosor del dolor, egoísta por no pensar en el destrozo (más allá del abatimiento por la pérdida) que puede ocasionar en los demás por no haber sido capaces de detectar, saber o ser conscientes del problema o no darle la importancia que mereciera por su falta de expresión y haberreaccionado ante él… además de dejarles una losa con un montón de preguntas huérfanas de respuesta que flirtean con sentir cierta culpabilidad, espontanea responsabilidad e injusto señalamiento; y valiente por el valor que uno debe reunir para precipitar su final. Me esfuerzo en creer, quiero creer, que los programas, protocolos de prevención, actuación y fármacos salvan más vidas de las que se pierden… pero no creo en soluciones estándar, el dolor esinvisible y donde quiera que anide y crezca parece que no llega la ciencia ni tiene acceso o autoridad la atención psicológica ni tan siquiera (con preocupación añadida) la que pueden ofrecer aquellos para quienes esa persona esabsolutamente necesaria, en quienes a su vez traicioneramente, delegado en aquellas manos, les puede provocar cierta relajación y confianza creyendo en su eficacia.
No puede ser que, junto a éstas, la única solución social que se nos ocurra sea la de silenciar los casos y no darles visibilidad, supongo que por no darles publicidad o crear tendencia ¿en serio depende de esto? Ni tan siquiera son considerados como víctimas, y lo son de sí mismos, pero por extensión de todo aquello que ocurra, susceptible de matar sin mancharse las manos de sangre y pueda influir en su voluntad y decisiones según haga que la vida le vaya a uno en particular y sea capaz de encajar su impacto y consecuencias… e implosione el alma, que quizás exista y sea ese desconocido espacio donde el dolor se aloje y fragüe la decisión.
Socialmente, según está diseñado nuestro ritmo, estilo de vida y necesidades que demanda (las reales y las que nos imponemos), habría que suavizar las circunstancias y prever las consecuencias que “puedieran presentar candidatura” u otorgaran letal licencia adaptándolas a la persona teniendo en cuenta que no todos somos iguales nia todos afectan los mismos problemas o dificultades de misma forma ¡Casi nada! ¡Qué ironía! salvando las distancias, hay otras interrupciones voluntarias de la vida, como la eutanasia o el aborto, que sí merecen (y es razonable) el debate y etiquetado de problema social y hasta se exhiben como “triunfos” adoptándolos en ideología ¿será por rédito electoral, porque agita o puede dividir y con la intención de sacar ventaja a adversarios políticos? ¿será por lo contrario que el suicidio no luce “galones” de preocupación? ¿se miraría hacia otra parte en el supuesto que el mayor porcentaje correspondiera a mujeres, adolescentes o, disparatadamente, a políticos o a determinado ideario?… pues cuidado, que los adolescentes (ellos y ellas) se convertirán en adultos y la depresión apunta a ser la enfermedad del futuro.
Sea como fuere, el primer paso a dar, y urge, es el reconocimiento de que estamos ante un gran problema y elevar su escalada a preocupación sin contemplarlo acomodado como pérdidas “reglamentarias” o accidentales; aunque dependa de la voluntad de uno, donde los demás poco pueden hacer, detrás hay unas causas donde todos algo podremos influir y “piedra debemos picar” desde las bases. No dudo que no lo hagáis, pero no descuidéis a la gente que os es fundamental y necesaria en vuestras respectivas vidas ni esperéis a que os pidan ayuda para estar y ofrecérsela en la medida que seáis capaces, activad bien vuestros sensores… que, por invisible que sea el dolor es multitudinario, alguna pista, síntoma y debilidad debe mostrar escurriéndosele al silencio. Por otra parte, en luctuoso ranking de fallecimientos por causas no naturales, el segundo lugar lo ocupa las caídas accidentales y el tercero el atragantamiento, con ¡4.018 y 3.546! respectivamente; es increíble lo difícil o lo que cuesta a veces vivir y la facilidad con que la vida se nos puede ir de las manos. Por favor, completando deberes, “naturalizaros” …tened cuidado en vuestros pasos, minimizar riesgos y no abuséis del exceso de confianza; masticad bien, mantened la boca cerrada y tened en conocimiento la maniobra de Heimlich (puño cerrado por encima del ombligo de la persona, cubrirlo con la otra mano y aplicar una presión rápida y firme hacia adentro y hacia arriba) por si se diera el caso y podéis auxiliar a alguien; y no olvidéis que toda preocupación es poca al volante y tolerancia cero contra la violencia…
Cristino
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