Saludos del noroeste
En un lugar tan al norte
donde jamás había estado
tan lejano para mí.
Ni tan familiar ni extraño.
Vine sin saber por qué
no tenía ni un motivo
ni alguna razón acaso.
No era un buscador de olvido
ni era un brindis al fracaso.
Tan solo quería ser
el último romántico.
La paradoja de un tren
que de espaldas a la mar
me ha depositado aquí
Siempre en sentido contrario.
Me prometí ser feliz
fue mi primer comentario.
No vine ni a hacer amigos
ni huyendo de algún sicario.
No había precio por mi vida.
He llegado aquí de espaldas
como en sentido contrario.
Nunca he tentado a la suerte
Aún no se porqué he venido.
No es que sean las gaviotas
mis pájaros preferidos.
Hieren mis devotos sueños
con sus crueles graznidos.
Defecan como palomas
en los patios de vecinos.
La gente aquí es toda igual
que la gente de otros sitios.
Hablan en varios idiomas
exhibiéndose orgullosos.
Gesticulan con sonidos.
Son seres muy ocupados
en repartir sus cariños
entre sus novias y esposas
Entre madres y entre hijos.
Hoy me acabo de enterar
que el final de nuestra tierra
se encuentra aquí muy cerquita
de este precioso lugar.
Prometí ser muy feliz
me dije para mí mismo.
Bien reconozco que yo
con mi carácter arisco
comienzo a encontrarme agusto.
Y aún no he probado el marisco
Abelardo Grande
Escríbenos