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Tarde de otoño

 

En estas tardes grises.

las palomas vuelan por los tejados

huyendo de los aires cotidianos.

Buscando nuevos vientos, donde el amor las lleve.

La vida abre sus manos, mostrando ese camino incierto.

En tono leve.

la música ancestral, tan necesaria.

se deleita en ritmo genuino

donde la paz se busca y se respira.

Allí el silencio duerme y en el espejo cóncavo se mira.

Es la tarde un crisol de aura y espinas

Corona de laurel imaginaria.

La vida abre sus manos al otoño

generosa y real

como queriendo huir del abanico, piensa en el frío

elaborando versos que alimenten tu corazón y el mío.

Donde el sueño las lleve

las palomas

vuelan por los tejados

con su aleteo breve.

 

Abelardo Grande