La Gran Villa Navideña de Santa Marta de Tormes, que cada año deslumbra a vecinos y visitantes con su magia festiva, cuenta este año con una incorporación que sin duda está causando furor. Se trata de una Food Truck de los años 40, una preciosa Citroën H, vehículo comercial ligero de la marca francesa que revolucionó Europa después de la Segunda Guerra Mundial y de la que se fabricaron medio millón de unidades. Este icónico despacho de comida ambulante, engalanado con detalles navideños, destaca por su encanto retro y por convertirse en uno de los principales puntos de encuentro para quienes disfrutan de la villa este año.
Ubicada en la entrada de la villa, la Food Truck recibe a los visitantes con su singular estética, transportándolos a una época pasada. Su cuidada decoración, que mezcla la calidez navideña con el estilo clásico de los años 40, crea una atmósfera única que cautiva desde el primer instante al visitante.
Pero sin duda, el alma de este rincón es Cris, quien regenta la camioneta. Su sonrisa y dedicación han conquistado tanto a grandes como a pequeños. Siempre atenta, Cris combate el frío invernal de los visitantes a la villa ofreciendo deliciosas especialidades, como un reconfortante chocolate caliente acompañado de churros y gofres o unos bocadillitos al horno calentitos. Con una calidez que trasciende lo culinario. Nos cuenta Cris que “Lo más bonito es ver las sonrisas de los niños y las familias disfrutando juntos de algo tan sencillo como un buen chocolate caliente.”
La Food Truck se ha convertido en un punto gastronómico de referencia y un ornamento activo que enriquece la experiencia de la villa. Su presencia suma un toque de singularidad y originalidad a un espacio ya de por sí inolvidable. Es imposible pasar de largo sin detenerse a admirar esta joya sobre ruedas, que combina historia, gastronomía y la esencia navideña de Santa Marta.
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