JotaeMeGE

El planeta tierra

 

Sé que voy a librar una batalla perdida, aunque a fin de cuentas las batallas perdidas de antemano son las más soportables, porque no te comprometen a seguir luchando. Esta que propongo es una batalla lingüística, de corto recorrido, pero de las que cada vez proliferan más. Se trata del uso de una palabra o frase que no se corresponde con el concepto que quiere determinar. Al final se impone la frase o palabra y se convierte en común sin que nada ni nadie pueda removerla de su trono a no ser otra que la sustituya. La Real Academia de la Lengua no ha caído en desprestigio, sino que ha perdido el poder, la autorización. Ya ni limpia, ni fija, ni da esplendor.

Recuerdo, aunque vagamente a mi profesor de lengua que se reía de la denominación que figuraba en el edificio de bomberos de Salamanca que antiguamente decía algo así como Cuerpo Provincial de Incendios. Y soltaba irónicamente: “¡Es bueno saber que hay un cuerpo oficial que provoca los incendios!” No pasaron muchos años en que se cambió por  Cuerpo Provincial contraIncendios, mucho más clarificador, aunque no producido sin duda por las críticas de mi profesor de Lengua. Salvo él y nosotros, poca gente más se dio cuenta de la contradicción subsanada más tarde. En Google he encontrado una frase que va en el mismo sentido: ¿Quién organiza los incendios?, pregunta. Y responde que La Comisión Nacional de Incendios. Yo, en un concurso, hubiera respondido que si no un pirómano, un descuido humano o la misma naturaleza. Claro que se refiere a quién coordina la prevención y extinción de los incendios, es decir, contra los incendios.

Esta frase de la que quiero hablar se ha constituido en eslogan, dirigido sobre todo al mundo infantil. Me refiero a la tan mareada “Salvemos el planeta”. Es sin duda un eslogan eficiente, poderoso. Los seres humanos nos convertimos en superhombres para salvar el planeta que está en peligro. Pero… ¿realmente está en peligro el planeta? ¿No estaremos disparando al blanco equivocado?

Vamos a ver, el planeta tierra está en peligro desde que se formó de un modo violento, casi arbitrario, y hoy sigue en peligro con muchas causas que ni por asomo podríamos solucionar por muchos eslóganes que propusiésemos. Está amenazado por algún meteorito o un ametrallamiento de asteroides que chocasen contra él. Si fueran pequeños podrían provocar la desaparición de la vida o de algunas especies, pero la tierra seguiría tan pancha rotando alrededor del sol. Tener más hielo, menos hielo, más temperatura, más chichones la traería al pairo. En otras épocas de su larga vida ha tenido multitud de efectos similares. Y los sigue teniendo porque las galaxias evolucionan y pudiera entrar en colisión con otra y fundirse con algún otro planeta. Podría el sol cambiar de rumbo, expandirse y convertirse en una gigante roja, e incorporar la tierra a ese maremágnum. ¿Y qué hacer contra eso? Nada. No está en nuestra mano.

Lo que quiere decir la frase, pero no dice, es que conservemos las condiciones ambientales en la tierra para que siga el ser humano repoblándolo y no desaparezca. El planeta va a su bola, o a la bola que le marca el entorno de las demás estrellas y galaxias. Nada podemos hacer sobre el incierto destino del planeta. Como decía antes la frase confunde el blanco al que disparar. Y solo me estoy refiriendo a la frase desde un punto de vista filológico y conceptual. No entro, ni puedo entrar por incompetente, en las medidas que se tomen para evitar el “calentamiento global”.

La frase, no obstante, huele a propaganda bien estudiada. Fue el emblema de varias asociaciones medioambientales como WWF, Greenpeace, Ecovidrio y otras. Los comerciantes que nunca van a contraviento, se han sumado a estas campañas y quiere vender sus productos alegando que cuidan el planeta, que debemos consumir sus productos “por el planeta”, que ellos se suman a la salvación del planeta.

Esta frase –no sé si consciente o inconscientemente– se asocia a las películas de los superhéroes cuya misión es salvar la humanidad o el planeta. Siempre existe un supervillano que pretende apoderarse del gobierno mundial o destruir el planeta por placer patológico. La división entre buenos y malos está clara y definida, no hay tonos grises. Solo el superhéroe tiene la razón absoluta. Espero que nadie asocie la frase a ese tipo de películas. Ya se sabe que cuando la humanidad se divide solamente en buenos y malos todos salen perdiendo, porque esa irrealidad tiene su inverso. El que se considera bueno, es visto como malo por el que él considera tal y que se considera bueno. A los acuerdos se llega cuando no hay buenos ni malos, sino opiniones distintas.

Insisto, es una opinión sobre la frase. No confundamos el planeta con nuestra misma existencia que está en peligro por muchas otras causas, verbigracia, las guerras, las epidemias, el consumo de sustancias perjudiciales, por el hambre, por el cambio del medio ambiente etc. El planeta sigue indiferente con todas sus amenazas como multitud de planetas en el universo. Al planeta le tiene sin cuidado estar desierto, ser una nube gaseosa, arder como un sol o con el sol,… Lo que queremos expresar, ya lo he dicho, es que debemos mantener las condiciones actuales del planeta (oxígeno, plantas, animales,…) para nuestra supervivencia. Somos nosotros los que peligramos y tenemos que salvarnos, no el planeta.

 

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