Quizá se llamará Brandy
Nunca supe su nombre, tan solo el efecto que en mí causaban sus besos. Era del sur eso es seguro, del interior de la bahía, lo que los nostálgicos definen como “del todo atrás, Andalucía”. Es muy posible que fuese de Jerez porque a veces oscura, otras vaporosa como ese aroma hechicero que respirado te calienta el corazón, reía como las mujeres de la frontera. No pude retenerla, acaso saborearla cuando ella dejaba que mis labios temblorosos bebieran de la copa de su boca. Pobre boca mía, aún vive del recuerdo y la nombra, tiritando en las madrugadas empapadas por la locura de intentar averiguar su nombre. Un nombre de mujer misteriosa, de licor secreto, un nombre macerado de recuerdos, de sueños que te transportan a donde solo la cordura de un hombre ebrio se cruza con la locura de un hombre sobrio.
José Luis Logar
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