LA EXTREMA-DURA
En espera de un ingenioso extremo ambidiestro, a las posturas bien definidas como extrema derecha y extrema izquierda se ha sumado con relativa fuerza una extrema nueva: la “Extrema-dura”, que tiene su origen y exhibe en la comunidad homónima. Publicado en esta columna, en el artículo del 12 de marzo titulado “La danza de las Chirimoyas” ,atendiendo el caso del hermano del Presidente, aludía en implicación y responsabilidad (como quien creara el puesto a su medida) a Miguel Ángel Gallardo de la manera siguiente: “(…) el ideólogo es Sánchez, el invitado el hermano y el eje o figura clave un tal Miguel Ángel Gallardo (Presidente de la Diputación de Badajoz) que, a sabiendas de cómo quita y pone aquel los peones, vería inmejorable oportunidad de asentarse como tal y por servicio prestado, “Gallardonado”, asegurarse la Secretaría General del partido en Extremadura”.
El proceso ha seguido su curso a pesar de las intenciones y presión de la fiscalía para que se archivara (ejerciendo una significativa y sorprendente defensa, más vigorosa que la representada por los propios letrados del “hermanísimo”) hasta dictaminar (el 22 de mayo) el auto de apertura de juicio oral que enfrentará al acusado a una pena de tres años de cárcel y a una multa por valor del doble de lo que cobrara mientras durara su contratación. Junto a él, otras ocho personas y el propio Gallardo, que sospechosa y precipitadamente, renunciando a la presidencia de la Diputación, 24 horas antes (21 de mayo), recogió su acta de diputado autonómico para asegurarse aforamiento: situación jurídica según la cual determinadas personas por su condición personal, por el cargo que ocupan o por la función que desempeñan tienen un fuero distinto (privilegio, exención, concesión, prerrogativa, prebenda, franquicia o derecho) y no son juzgados por los tribunales ordinarios que correspondiera; sino por otros más esperanzadores para sus intereses, como el Superior de Justicia.
Para conseguirlo, tirando de jerarquía como número uno del partido y con apoyo de Moncloa, puso patas arriba a la formación extremeña e hizo dimitir para ocupar su puesto a una diputada compañera de partido (Mª Cruz Rodríguez) a quien ofreció el cargo de Subdelegada de Gobierno y renunciar a otros cuatro compañeros que en listas iban por delante de él. En el Código ético y de conducta del PSOE se reflejaba que los afiliados deberían solicitar su baja voluntaria cuando se dicte auto de apertura a juicio oral contra ellos y que de no hacerlo serían suspendidos cautelarmente de militancia y en su caso expulsados. Nada más lejos, el ejecutivo está haciendo piña en torno a Gallardo, que es hacerlo a su vez en torno a Sánchez, y por extensión a su hermano, aludiendo que es por motivos políticos y no por corrupción; es decir, para ellos, y en su ética, los delitos de prevaricación y tráfico de influencias no son corrupción.
Con la investigación en curso, también sospechosamente, en el último Congreso Federal del partido se cambiaron los estatutos para blindarse aplicando la excepción de poder compatibilizar la condición de militante y los cargos públicos, esperar a la sentencia y su Comité de Ética y Garantías tomaría la decisión. Queda muy lejos el 2018 cuando el presidente, cual látigo, prometía acabar con aforamientos, indultos y amnistías y el aspirante Iglesias apoyaba diciendo que el aforamiento era incompatible con la igualdad ante la ley. Sin embargo, no queda tan lejos cuando el propio Gallardo se exponía el 9 de enero de este año diciendo “quien nada tiene que ocultar, nada tiene que temer” y cinco días más tarde en la SER reivindicarlo de esta manera “No tengo que salir corriendo a ninguna Institución para aforarme, sino que prefiero que este tema quede cerrado y archivado, porque podría entenderse que voy a aforarme para que sea el Tribunal Superior de Justicia quien asuma esta causa y como estoy absolutamente tranquilo…”
Pues efectivamente, así se entiende y “cagadito” más que tranquilo. Este escándalo nos sirve de botón de muestra para evidenciar cómo funcionan las entrañas de nuestras instituciones y para conocer el engranaje de la corrupción aplicada a ellas… repletas de relaciones y lealtades transaccionales, compradas, compensadas y adueñadas. Paralelamente y mucho más preocupante, por si teníamos dudas, nos puede estar rebozando que la justicia no es igual para todos, que está agrietada y que tenemos un gobierno que aboga más por quien delinque (si es de los suyos, claro) que por quien persigue el delito. Como el juez Peinado respecto a la mujer de Sánchez, en este caso es la juez Beatriz Biedma quien firma el auto de apertura de juicio y, ambos, a quienes intentan “crujir” por todos los lados cuando lo que merecen es admiración y reconocimiento por su valentía, que ellos mismos seguramente reducirán a hacer su trabajo lo mejor que pueden en aplicación y en aras de una justicia que parece titubear hasta en casos que caen por su propio peso.
¡Cómo será en otros más turbios y complejos que se nos escapan al conocimiento! Más preocupante si cabe, por cuestionar la independencia del poder judicial, es la posibilidad de que esto no se vaya a resolver por la justicia en sí como tal, sino por parte de las togadas personas que tengan que dictar sentencia en función de los intereses que les mueva, hacia donde basculen políticamente y según se pudiera maniobrar desde Moncloa derivándolo a responsabilidad amiga, hacia quienes son de su cuerda con complicidad de una fiscalía manoseada.
Desde mi ignorancia y con adorno de presunción, este torpe paso de aforamiento por parte de este personaje (que debería añadir fraude de ley) ya es suficiente prueba, demostración y confirmación de todo lo que se les imputa; vamos, que nos podíamos ahorrar el juicio, ir directamente a sentencia y condena y frenar tanta tomadura de pelo e insulto a la sociedad. Con ésto, crisis puntuales que azotan a gobierno y con el manojo de casos de mismo perfil y situaciones corruptas que están ocurriendo al mismo tiempo, no he podido evitar acordarme de Maxim Huerta y de preguntarme sobre qué pensará al respecto; Sánchez le nombró Ministro de Cultura y Deporte el 7 de junio de 2018 y el 14 le obligaron a dimitir al darse a conocer una infracción tributaria ocurrida 12 años antes en que eludió el pago de 218.332€ a Hacienda empleando una sociedad para tributar por el impuesto de sociedades y no por el IRPF, además de cargarla otros gastos no relacionados derivados de una segunda vivienda en la playa.
Sin duda, eran otros tiempos y una estrategia cebo disfrazada de honradez que le sirviera al PSOE de Pedro para colarse en el gobierno con alarde de ejemplaridad. Sea como fuere, aquí no dimite nadie ni viste de reo, todos siguen viviendo maravillosamente bien, cobrando y tomando decisiones y …hasta el delincuente confeso Víctor de Aldama, a quien en disparate le tenemos que estar agradecido por abrirnos los ojos (aunque su intención sea salvar trasero propio) y que les está poniendo patas arriba, disfruta de una enlujada libertad… más concretamente, mientras el foco estaba en Extremadura, él de vacaciones en Ibiza… jet privado, chalet de 4000€ al día y restaurantes exclusivos. No lo deis muchas vueltas: ¡España!
Cristino
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