EL MODELO DE “LA MODELO”
Termina Septiembre, antaño mes de recuperación y de segundas oportunidades en colegios, de reparación de errores y cumplimiento de deberes incumplidos; en el contexto que nos ocupa (Ley de la Memoria Democrática) la Historia, una convocatoria más, apunta a perpetuarse como asignatura pendiente y lo hace “porque el profesor nos tiene manía… y va a pillar” Con este articulo pongo fin (de momento) a esta materia ; si bien, relacionado, como cierre o epilogo y en consecuencia, enmarcado en la actualidad y como emergente preocupación, dedicaré el del próximo jueves al debate sobre la posibilidad de vivir de nuevo (mejor dicho, “morir de nuevo”) semejante atrocidad. Para esta clausura elijo “ La masacre de la cárcel Modelo”, que a la postre serviría de modelo a otras prisiones o “checas” (cárceles improvisadas creadas por las milicias) y lo hago pidiendo a estos agitadores promotores de la memoria y legisladores de iluminación presumida un argumento o una explicación, que no se me dará, sobre un acontecimiento que pudo, debió y fue oportunidad en hipotética coherencia de cambiar y limitar la Guerra Civil a apenas un mes de duración evitando tamaña brutalidad , masacre y devastación, pero que resultaría ser todo lo contrario convirtiéndose en su motor y energía siniestra (renovable, eso sí).
Por otra parte, lo que allí aconteció nos puede ayudar a comprender el desarrollo de la contienda y el perfil de quienes nos llevaron a ella creándose necesidad salvaje con vil ensañamiento con poder y licencia delegada… y sin que ello exima de culpa al bando contrario .Lo sucedido en “La Modelo” vislumbra con crudeza el futuro de la Guerra, confirma como se fue de las manos, la “discapacidad” del gobierno republicano y como fueron más peligrosos y sembraron más miedo los rebaños que las intenciones de los pastores; a su vez, reparte unas culpas que no gustarían a los mentores de esta ley en cuanto que se les puede escurrir de las manos la extrema derecha como panacea en atribución de las mismas y justificación blanqueadora propia que anule su responsabilidad… y hasta puede caérseles el mismo Caudillo, que cuando ocurrieron los hechos ni siquiera lo era, fue elegido en octubre y lo acontecido en La Modelo ocurrió en agosto, con Manuel Azaña como Presidente de la República desde mayo del mismo año (1936).
Pero ¿Qué ocurrió? Empezada la Guerra, el gobierno del Frente Popular detuvo a políticos relacionados con el derechista anterior elegido legítimamente en 1933, a militares afines al movimiento sublevado y fueron recluidos en la cárcel madrileña, compartiendo prisión con cientos de presos comunes, delincuentes y criminales. La tarde del 22 de agosto se produjo un confuso incendio en la prisión, que fue interpretado como amotinamiento e intento de fuga y cuyo rumor se extendió rápidamente por Madrid, acudiendo a sus puertas una masa exaltada que exigía la ejecución de los presos “fascistas”; entre la multitud se abrieron paso milicianos anarquistas que se hicieron con el control de la prisión sin apenas oposición y sin que nadie les hiciera frente. El fuego fue sofocado, se negoció la libertad de los presos comunes con la condición que nutrieran las filas milicianas de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) y a los presos políticos y militares, ya sentenciados, se les interrogó parodiando un juicio que les diera tiempo para robarles lo que llevaran encima o tuvieran en celda antes de ser asesinados.
Al día siguiente, sin noticias del gobierno, fueron asesinados una treintena de ellos, entre otros : Ramón Álvarez, José Martinez Velasco y Manuel Rico Avello, que fueros ministros del gobierno anterior; José Mª Albiñana (fundador del partido Nacionalista Español); Tomás Salort y Rafael Esparza, diputados de CEDA; Julio Ruíz de Alda (cofundador de la Falange), Fernando Primo de Rivera (hermano de José Antonio); los generales Rafael Villegas y Oswaldo Capaz Montes, el Teniente José Ignacio Fanjul (hijo del General Fanjul, fusilado seis días antes)… y el más prestigioso de todos, Melquiades Álvarez, quien fuera amigo personal, compañero de partido en sus inicios y mentor político de Manuel Azaña, a los que seguramente les separó ideológicamente que Melquiades (reformista y republicano) estaba dispuesto a gobernar en una Monarquía Democrática. Manuel lloró y desahogó en grito: “¡Melquiades, no!” mientras que el líder socialista Indalecio Prieto se limitó a decir “Con esta brutalidad hemos perdido la Guerra”.
Al respecto se me ocurren varias preguntas, la primera ¿qué nos dice esta briosa ley que tenemos que guardar en la memoria sobre estos hechos?; ¿para dónde miraba el gobierno republicano cuando ocurrieron y porqué no juzgó o se sacó de la chistera a los responsables en vez de hacerles la ola y servir de alfombra? Si la guerra se consideraba perdida apenas un mes iniciada ¿por qué no la pararon o rindieron en vez de sacrificar tantas vidas en una causa que se suponía fracasada?… y más aún, cuando ambos bandos cargaban ya con miles de muertos a sus espaldas y en éstos “primeraba” ponerse a salvo y agilizar una huida propia suavizada como exilio. Rechazables ambas ¿cuál es la hoja de ruta… señalar y enfatizar diana sobre la extrema derecha mientras que solapadamente la extrema izquierda pone en marcha su ingeniería?
Uno de los máximos responsables de la matanza fue un tal Felipe Sandoval, delincuente y afamado atracador que la CNT reclutará y engalanará como dirigente de la checa anarquista del Cinema Europa (en Cuatro Caminos) y que ejerciera en la Modelo como Jefe del Comité de Investigación Pública, todo tutelado o al amparo del gobierno. Nada más terminar la guerra fue detenido y se suicidó lanzándose al vacio por la ventana de una casa improvisada como comisaría. Me dejo sin atender muchas situaciones, historias, mitos y personajes, algunos de ellos manipulados o indebidamente apropiados; otros desconocidos o estratégicamente silenciados; cifras y curiosidades; una postguerra atroz y la dictadura; el protagonismo e influencia de otros países, fuerzas, corrientes y líderes internacionales.
En fin, hay que evitar hartazgo, atender a la actualidad y otros temas…en el tintero quedan aguardando oportunidad. Entre esos personajes y mitos, además de políticos o militares, destacan García Lorca, Unamuno, Alberti, Miguel Hernández y muchos otros intelectuales que tuvieron protagonismo y manifiesta influencia, alguno de ellos aún la conserva; de entre ellos para concluir esta serie de artículos voy a elegir las últimas palabras de Ramiro de Maeztu (Generación del 98) y que revelan por un lado la ignorancia, que junto al miedo fueron las dos herramientas de mayor uso en todo lo acontecido; y por otro lado, un mensaje de esperanza y aprendizaje… en una de esas famosas “sacas” que formaban 32 personas, fue fusilado por milicianos republicanos en Aravaca durante la noche del 28 al 29 de octubre de 1936 ;dirigiéndose al pelotón que iba poner fin a su existencia, dijo: “Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, ¡para que vuestros hijos sean mejores que vosotros!”. Esos hijos a los que se referiría ya son padres, quedan deberes por hacer y el examen en suma de convocatorias, de gracia y desgracia, se alarga ya a 88 años de duración, en evaluación continua, sin que seamos capaces de sacar un “¡ya es suficiente!” porque hasta se nos cambia “la chuleta”, nos “chivan” mal las respuestas … y lo peor: estamos descuidando otras “asignaturas”. A ver si nos aplicamos y lo aprobamos aunque sea en el 89 septiembre…
CRISTINO
Escríbenos