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MITOS EN REBAJAS

Seguro que alguno de los que leáis este articulo os consideráis “Guardiolistas”, os pediría perdón de antemano, pero no lo voy a hacer porque no pretendo ofensa y porque tengo la absoluta seguridad de que a nadie le voy a hacer cambiar de opinión ni le voy a destrozar un mito que tiene más de ventajista que de aventajado.

 

El fútbol no es de Pep, es de los futbolistas; con una propuesta similar a la “suya”, tanto Luis Aragonés como Vicente del Bosque, después de deslumbrar con la Selección y loas recibidas, decidieron exportar “su” fútbol a Turquía y se encontraron con que había más “trompeteros” que “violinistas”, ninguno de los dos completó una temporada. El principal mentor de Guardiola fue Juan Manuel Lillo, aquel que decía que “el fútbol no es una isla, es un continente” y que acabara siendo un mero accidente geográfico en ese paisaje continental, en la actualidad segundo de Pep en el City. 

 

En la idea, tanto la propuesta del orgulloso y glamuroso catalán como la del bohemio                         tolosarra son idénticas, y las diferencias entre ambos básicamente han sido las respectivas plantillas con las que han ido contando cada uno de ellos a lo largo del desarrollo de sus carreras. El uno la ha podido llevar a cabo en grandes clubes y con jugadores de enorme calidad y talento a su caprichosa disposición y antojito talonario; y el otro, siempre priorizando el sistema sobre el grupo, la ha intentado dar rienda suelta en Salamanca, Oviedo, Tenerife, Almería, Zaragoza, Ciudad de Murcia, Tarrasa,  Real Sociedad (2ª División) y aventurándose en México, Colombia, China, Japón y Qatar con plantillas modestas y los mejores jugadores que pudieran permitirse en función de modestos presupuestos, categorías y niveles de respectivas ligas. 

 

Con él el equipo Charro jugaba casi como el Milan de Sachi, pero Balta no era Baresi ni Sito era Maldini, tampoco se dejaron ver por el Helmántico las sombras de los Gullit, Donadoni o Van Basten. Perdían, pero jugaban bien. En su descargo, y como pasaría con otro centenar de técnicos, diría que si hubiera tenido las mismas oportunidades y grupos que su recíproco admirado amigo Pep, hubiera inaugurado vitrina y luciría parecido palmarés.

 

Pero ni Guardiola, ni Lillo, ni Sachi, ni el mismísimo Cruyff… esta idea de fútbol tiene su origen en Pacho Maturana, a quien estas celebridades se acercaban a verlo entrenar en Valladolid en la temporada 90/91 y 91/92cuando el equipo pucelano quedó 9º en liga y en sus filas formaban los colombianos Valderrama, Higuita y Leonel Álvarez y, entre otros, Onésimo, Caminero, Juan Carlos, Alberto y Minguela. Pacho ya lo había puesto en práctica en el 86 con Once Caldas y en 87 y 90 con el Atlético Nacional y Selección Colombiana.

 

El Real Madrid lo tuvo firmado aún dirigiendo al Valladolid en el 91, pero Antic, entrenador merengue entonces, consiguió 19 puntos de 20 posibles, ganándose continuidad, y a Pacho le acabaron ofreciendo el puesto de manager, que rechazó. En 1994 ficharía por un Atlético de Madrid con poca paciencia, la que tenía Gil, que lo despidió en noviembre y de ahí al final de liga todavía contaría con D´Alessandro y Basile para quedar el 14º. 

 

Ni Guardiola ha inventado nada, ni con ello quiero restar importancia a sus éxitos, ahí están, simplemente pretendo contextualizarlos en la normalidad, en la lógica, en lo previsible o esperado y limitarlos como títulos o hechos susceptibles de conseguir o suceder independientemente de quien fuera el técnico que ocupara los “tronados” banquillos por él ocupados.

 

Nada extraordinario como para parir mito. Por otra parte, para que le sirviera de reivindicación de aura, para callar bocas como la mía y como oportunidad de lección magistral con el objetivo de eliminar dudas y de ajustar o enfrentar lo que realmente se es con lo que se dice, se cree o parece… me encantaría que se aventurara en otros desafíos más arriesgados y se exhibiera de la misma forma, incluida falsa modestia personal, sin renunciar a su propuesta futbolística. Como hiciera, por ejemplo, Mourinho (tampoco santo de mi devoción)  con un fútbol que insultaría al defendido por Guardiola y que llevó al portugués a conquistar Europa con Oporto e Inter , dos equipos  discretitos y mediocres más allá de sus fronteras, y que no pudo repetir con sucesivos de mayor potencial y tronío; un auténtico especialista en liberar de presión a sus jugadores para absorberla él por completo; detalles que junto al acierto alineador, elección de sistema y gestión de egos son los que acaban diferenciando unos entrenadores de otros. 

 

Cada vez más “vagos” y sobrevalorados, quienes a su vez cuentan con poblados “staffs” técnicos  que son los que verdaderamente realizan el trabajo permitiéndoles una labor de entrenar casi “en diferido” reducida a toma de decisiones en un marco de sabiduría futbolística plana al alcance de cualquiera aunque nunca haya jugado al fútbol. Lejos, muy lejos queda la imagen de Luis Aragonés entrenando al Mallorca… ataviado con una cazadora de ante forrada de borrego y con sus característicos zapatones participando y dirigiendo el calentamiento previo a un partido de liga en el césped de Son Moix.

 

Es muy sencillo de entender, pones al mejor Pep de entrenador del Granada y bajaría o se mantendría por los pelos, como pudiera hacer con cualquier desconocido técnico de la casa; pero si le pones a ese técnico de la casa a los mejores Messi, Xavi, Iniesta, Busquets, Puyol y Ronaldinho jugarían la Champions. Pones al mando del actual City a Mendilibar y podrá ganar Premier y Copa de Europa de la misma forma que debería ganarla el catalán; le das a éste el Olympiacos y seguro que no gana la Conference League como ha hecho el bueno de José Luis.

 

Significativo es que presumiendo y amando al Barça y a Cataluña más que nadie, no se haya ofrecido ni por compasión ni haya aceptado oferta para entrenarlo en uno de los momentos más delicados de su historia reciente; por dinero no será, porque le sobra. Es más listo que la mayoría, ya veremos cómo pasa factura a la carrera de Xavi haberse dejado llevar por esa pasión y delirio culé;sabe perfectamente que si aceptara estos desafíos quedaría evidenciado que el éxito no se debería tanto a él como a los jugadores que han ido conformando sus plantillas, tanto en Barcelona como en Alemania e Inglaterra, y se derrumbaría su prestigio.

 

Nunca lo veremos, riesgos los justos. Sea como fuere, no tiene necesidad y forma parte del selecto y reducido grupo de entrenadores que puede elegir a qué equipo entrenar yde cuáles jugadores disponer… y eso le coloca en posiciónprivilegiada, le da no poca ventaja sobre el resto y nutre su mito. No se va a exponer a ningún descalabro. Es por ello que siempre hay que medirle por lo que haga en Champions, no por lo que consiga en las competiciones domésticas de los países en que decida entrenar; como sucede, por ejemplo, con el PSG; donde marca, hace más ruido o supone más impacto el fracaso de no haber ganadoni una Champions en el último lustro, que el éxito rutinario de sumar títulos durante mismo periodo en unaplomiza y devaluada competición francesa. La misma vara de medir que se va a encontrar el Real Madrid en esta temporada recién comenzada.  

CRISTINO