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PILARES: INTRODUCCIÓN

Tanto la educación como la sanidad deberían ser los pilares vertebrales, eje y alma de nuestro bienestar social y contar con prioridad absoluta en su cuidado y atención. Ambas tienen en común la importancia y preocupación que suponen a la sociedad en su conjunto y que, de una forma u otra, impactan o afectantrascendentalmente a la totalidad de la población (sin distinción de sexos, edad, clase social o ideología); pero también que, en las antípodas de cómo debiera ser, tanto la una como la otra sufren un trato descuidado; en ocasiones, y en según qué aspectos, cosas o situaciones, hasta residual e indigno.

Comparten que política e interesadamente están sobremanoseadas o manipuladas; blancos fáciles, victimas recurrentes y potentes armas en respectivas lides.  Contrasta el descuido real con el efímero protagonismo dirigido que alcanzan en programas y periodoselectorales. Las dos requieren un alto coste de mantenimiento, no les sirven tres carteles, una campaña o un par de anuncios y el resto de millones presupuestados “a otra cosa mariposa”, que no se nota… Y las dos arrojan el debate social sobre su gestión pública o privada con sutil hipocresía y descaro, evidenciados en que quien te pretende imponer como mejor propuesta un servicio público engalanado de dignidad y de garantías… ni a él, ni para las suyos, le vale o sirve, ni satisface, ni da tranquilidad o confianza.

Seguramente quedaría demostrado si tuviéramos conocimiento o existiera un censo que reflejara los colegios donde esta clase política(la de élite) tiene matriculados a sus hijos y los hospitales, clínicas o seguros que utilizan para tratar sus achaques o cuando la vida está en juego. La insistencia en el servicio público obedece a crear una dependencia de exclusividad, tener el control y así ejercer el poder, lo privado incomoda y puede provocar que ese poder se escurra de las manos. Sirvan dos ejemplos, a mi juicio significativos; en cuanto a Educación, la Ley vigente (LOMLOE) es conocida como Ley Celaa, en honor a la ministra que la implantara; en ella se devalúa la Religión(debe ser porque tradicionalmente se relaciona a ideología diestra), atenta contra la enseñanza privada y concertada (con carácter religioso en su mayoría de centros) y, en consecuencia, aboga por una enseñanza pública que les blanquee como proletarios y aleje de atisbo burgués o capitalista (enemigo a batir), no vaya a ser que  sospechemos que entre unos y otros no hay tantas diferencias como nos creemos y que en nivel de vida y satisfacción de necesidades todo el Parlamento está aburguesado y luce el mismo color, por mucho circo que se monte. Isabel Celaa ni siquiera concluyó mandato, una vez hechos los deberes buscó otras mieles y destino. Ella estudió en el colegio concertado Sagrado Corazón e hizo carrera en Universidad privada; sus hijas se formaron en el colegio Bienaventurada Virgen María Irlandesas y sus nietas estudian en otro centro concertado incluido en la campaña “Más Plurales” en contra de la ley de su abuela. Tras su paso y legado, se fue de embajadora a la Santa Sede por un obrero sueldo de 20.000€ netos al mes, además de residencia y servicio doméstico.

Con la prudencia que nos tenemos que tomar la información que recibimos de los medios, teniendo en cuenta afinidades, medio y firmante; en cuanto a Sanidad, me hago eco de la noticia reciente, en supuesta certeza, atendida en sus redes por mi amigo Oren (deinmediata reacción “guillotinera” para soluciones y de indignación sensible), en la cual se anuncia que Sanidad (la insana) no financiará el fármaco contra el cáncer de mama metastásico ya disponible en 16 países de la UE. Mi hermana Verónica fue elegida en los ensayos y puede dar fe de su esperanzador resultado. Es decir, hay una solución para una enfermedad terrible que afecta cada año a más de 35.000 mujeres, pero solo podrán acceder al tratamiento quienes se lo puedan permitir; entre ellas, deduzco, todas las que estén involucradas en la decisión (por emisión u omisión) con la titular del ministerio a la cabeza, llegado el caso que le tocara en desgracia. En contra, desde el gobierno y a través de sindicatos agradecidos, no se va a convocar huelga o movilización alguna, como ya se hiciera con la sanidad de por medio contra Ayuso, por ejemplo, o como pudiera hacer ésta (desde gobierno propio) en contra de la sanitaria ministra solo por buscar arañar votos.  Teniendo en cuenta, que puede afectar a una de cada 9 mujeres, que más allá de que entre los factores de riesgo pueda numerarse la primera menstruación en temprana edad, la edad avanzada en el primer parto, el no haber dado a luz, la postmenopausia y reglamentarios antecedentes familiares… y que la mama no es un órgano más, sino que más que un órgano es parte de la identidad femenina: ¡el principal factor de riesgo es ser mujer! 

En consecuencia, resulta contradictorio y produce bochorno que once ministras no se rebelen a la decisión ni que la oposición ponga el Congreso patas arriba como se puede poner por una amnistía o por la comparecencia de la mujer del presidente ante un tribunal (defendida con uñas y dientes, entre otros, por esas 11 ministeriales mujeres), ni que tan siquiera provoque una reacción estratégica que sume en urnas como se hace con tantos temas relacionados con la mujer como eje central. Hasta choca que no haya saltado ningún iluminado proponiendo la ley trans como solución erradicante. En mi modesta opinión supone violencia de género, ¡sí!, tal cual y, además señala nítidamente al verdugo. Se alega que resultaría caro y hay que racionalizar. ¡Pues claro!, como caro es el Ejecutivo, Congreso, Senado, los 17 Parlamentos Autonómicos y todo aquel que en acostumbrada corrupción, y libre albedrío, chupa y exprime las ubres de esta nuestra España “metastasiada” a punto de agonía.

En los próximos artículos, sirviéndome el presente como introducción,redundaré por separado en   ambos pilares y sobre los cimientos en que se tambalean. A nivel educativo desde el propio “terreno de juego”; procurando crítica, reflexión y soluciones que en absoluto creo que lleguen a puerto alguno. No soplan buenos vientos.

CRISTINO