2

Ellos saben quiénes son…

 

Un homenaje Merecen

estos que entregan sus horas

Cuando todos se divierten

entre el antes y el ahora

 

Señores de la bandeja

puedo decir que señoras

de la profesión más digna

desde la noche a la aurora.

 

Atención a los clientes

integridad que avala

Respeto profesional

Esfuerzo que se regala

 

Nunca falta una sonrisa

el corazón atesora

un hostelero en persona

la magia que hoy se valora

 

Puede la tarde caer,

puede la tarde llegar

Puede que el fin de semana

traiga hijos y un hogar

 

Ellos crecerán felices

atentos aprenderán

Viendo el esfuerzo de aquellos.

Que sin pedir todo dan

 

Profesión sacrificada

Horas al pie del cañón

De noche en la discoteca

o trasegando en el salón

 

Y en los bares, cada día

altos templos cotidianos

los vecinos del día a día

nos unimos como hermanos

 

Llega la vida del bar.

Hoy me atiende un camarero

Me cala solo al llegar

Pájaro de buen Agüero

 

Poco tengo que decir

El silencio nos presenta

El, en su sitio, un señor

Yo, lo que me representa

 

Sin hablarnos comprendemos

sus dichas y mis desdichas

el Fiel a su buen estilo

Yo sin buscar otras dichas

 

Son niveles hosteleros

desde el fogón a las mesas

Todos dando el do de pecho

Son todos y todas esas

 

Son los que siempre se esfuerzan

por levantar un latido

Lo sé, lo he reconocido

Ellos saben quiénes son

 

Con mi cariño sincero

El que presuma de ser

con nobleza camarero

Para que rime mi esfuerzo

 

no quiero ser un mastuerzo

Tengo tan poca mollera

Qué en lugar de camarero,

También dije camarera

 

y en las mismas dimensiones

cocineras y sultanas

que generosas regalan

su tiempo en atenciones.

 

Abelardo Grande