Ellos saben quiénes son…
Un homenaje Merecen
estos que entregan sus horas
Cuando todos se divierten
entre el antes y el ahora
Señores de la bandeja
puedo decir que señoras
de la profesión más digna
desde la noche a la aurora.
Atención a los clientes
integridad que avala
Respeto profesional
Esfuerzo que se regala
Nunca falta una sonrisa
el corazón atesora
un hostelero en persona
la magia que hoy se valora
Puede la tarde caer,
puede la tarde llegar
Puede que el fin de semana
traiga hijos y un hogar
Ellos crecerán felices
atentos aprenderán
Viendo el esfuerzo de aquellos.
Que sin pedir todo dan
Profesión sacrificada
Horas al pie del cañón
De noche en la discoteca
o trasegando en el salón
Y en los bares, cada día
altos templos cotidianos
los vecinos del día a día
nos unimos como hermanos
Llega la vida del bar.
Hoy me atiende un camarero
Me cala solo al llegar
Pájaro de buen Agüero
Poco tengo que decir
El silencio nos presenta
El, en su sitio, un señor
Yo, lo que me representa
Sin hablarnos comprendemos
sus dichas y mis desdichas
el Fiel a su buen estilo
Yo sin buscar otras dichas
Son niveles hosteleros
desde el fogón a las mesas
Todos dando el do de pecho
Son todos y todas esas
Son los que siempre se esfuerzan
por levantar un latido
Lo sé, lo he reconocido
Ellos saben quiénes son
Con mi cariño sincero
El que presuma de ser
con nobleza camarero
Para que rime mi esfuerzo
no quiero ser un mastuerzo
Tengo tan poca mollera
Qué en lugar de camarero,
También dije camarera
y en las mismas dimensiones
cocineras y sultanas
que generosas regalan
su tiempo en atenciones.
Abelardo Grande
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